Introducción: La habilidad del hombre para rastrear los indicios de la fauna salvaje se remonta a tiempos ancestrales, cuando las sociedades primitivas vivían de la caza. Sin un conocimiento exhaustivo de los hábitos de los animales, el hombre cazador era incapaz de sobrevivir. Hoy en día esta habilidad le sirve al hombre moderno para catalogar e investigar la fauna de un determinado territorio o espacio natural.
Reconocimiento de las huellas: Aprenderemos a reconocer las diferentes huellas de pisadas que nos encontremos durante la exploración: Huellas de corzos, ciervos, jabalíes, zorros, ardillas, tejones, garduñas, lobos…
Rastros: Una huella se reconoce fácilmente cuando el suelo está blando, pero en ocasiones, tenemos la fortuna de encontrarnos con un rastro completo, lo que nos permitirá interpretar el comportamiento del animal (si caminaba despacio o rápido, al trote, al galope…).
Excrementos: Es una de las señales más importantes, pues nos proporciona una información muy precisa, no sólo acerca de la dieta de los animales, sino también algunos aspectos de sus costumbres, como el marcaje del territorio.
Egagrópilas: Algunas aves rapaces (principalmente las nocturnas) no trituran a sus presas durante su digestión, y regurgitan una especie de bola peluda que contiene los huesos completos de su presa. La identificación y análisis de las egagrópilas revela mucha información sobre la población de micromamíferos de un determinado territorio.
Señales de comida: Aprenderemos a reconocer diferentes señales de haber comido de muchos animales: Conos roídos por ratones de campo, piñas roídas por las ardillas, talleres de los Picamaderos, hozaduras de jabalíes, restos de animales depredados…
Agallas: Algunos insectos causan diversos tipos de «tumores» en las plantas para depositar sus huevos. Su objetivo es que las futuras larvas se alimenten de los tejidos vegetales de la malformación. Trataremos de localizar algunas de las agallas más comunes, identificando a las especies de insectos que las causan.
Guaridas, nidos y refugios: Los animales instalan sus guaridas en lugares protegidos e inaccesibles, de modo que no es fácil encontrarlas. Trataremos de identificar algunas de las más comunes que tenemos en nuestro territorio, como los nidos de los Buitres Leonados, las cuevas donde hibernaban los osos, los dormideros de los jabalíes, las toperas, las ratoneras, hormigueros, galerías de escarabajos, nidos de las tarántulas europeas…
Veredas: Jabalíes, corzos, ciervos, tejones, zorros… son animales de costumbres que tienen a utilizar los mismos itinerarios para llegar a sus destinos preferidos: Los dormideros, los arroyos, los comederos… Identificaremos a lo largo de nuestroa exploración algunas de estas veredas.
